Hay una serie de medidas que se deben de tener en cuenta para evitar que se formen las úlceras por presión. Por lo general, llevar a cabo estas recomendaciones es una manera efectiva de evitarle daño al paciente en la piel y sobretodo el dolor que causan. Estas sugerencias son:
- Realizar higiene diaria con agua y jabón neutro según procedimiento; así como baño local cuando: se observe un área corporal húmeda.
- Al realizar la higiene: eliminar pomadas y polvos.
- Observar la integridad de la piel diariamente mientras se realiza la higiene.
- Aclarar y secar bien la piel, entre los dedos y pliegues.
- Aplicar vaselina (para proteger contra el daño enzimático por la saliva, diarrea, drenaje de fístula) tras la higiene diaria o baño local en zonas potencialmente húmedas.
- Lubricar la piel con aceite de almendras tras el baño, utilizar compuesto lipídico tópico en zonas de riesgo.
- Masajear muy suavemente con el aceite de almendras tras la higiene.
- No masajear áreas rojas/eritemas.
- Mantener la ropa de cama limpia, seca y sin arrugas.
- Proporcionar ropa limpia (si presenta molestias por humedad).
- Si el paciente presenta incontinencia: aplicar sonda urinaria externa o colocar una bolsa de recogida en el periné.
- Cambiar inmediatamente el pañal húmedo.
- Prevenir y aliviar la presión y el rozamiento con los materiales con que cuenta el hospital: almohadas, piel de oveja, colchones, etc.
- Colocar apósitos hidrocoloides transparentes/extrafinos en puntos de fricción.
- Colocar almohadas (para reducir la presión)
- Vigilar sondas, vías centrales, drenajes y vendajes, evitando la presión constante en una zona que pueda provocar úlceras.
- Cambiar de postura de forma individualizada y siguiendo una rotación programada cada 2-3 horas durante el día, y cada 4 horas durante la noche (según procedimiento de movilización del paciente).
- Levantar al sillón siempre que el estado del paciente lo permita.
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