Este tipo de lesiones son muy comunes, sobre todo, en pacientes inmovilizados durante un largo periodo de tiempo, una de las causas que podemos diferenciar.
Asimismo se incluyen también la presión, la fricción, el cizallamiento y la humedad.
- La presión consiste en una fuerza ejercida perpendicularmente a la piel del paciente y es el factor más importante que debemos manejar, puesto que el aplastamiento tisular evita un buen aporte de oxígeno y nutrientes en la zona.
- La fricción, en cambio, es una fuerza que se aplica de forma tangencial, es decir, se producen roces o arrastres de la piel contra otros elementos.
- El cizallamiento es una combinación de las dos fuerzas anteriores, de forma la úlcera se forma más rápidamente debido a la precoz isquemia muscular; suele ocurrir en pacientes encamados en posición Fowler o semiFowler por irse escurriendo.
- La humedad existente entre el cuerpo del paciente y la superficie sobre la que está apoyado es frecuente en pacientes diagnosticados de incontenencia bien fecal o urinaria.
Aún así, la aparición de las úlceras por presión también se ve favorecida por ciertos factores intrínsecos debido a patologías u alteraciones del propio paciente: relacionadas con la sensibilidad (los pacientes no sienten dolor), con la nutrición o cutáneas. Por último, tanto las personas de edad avanzada y los niños son muy propensos a sufrir este tipo de daños.