La causa que desencadena la aparición de estas lesiones es la presión mantenida que pueden verse agravados por diferentes problemas de salud como:
- Lesiones cutáneas: edema, sequedad de piel, falta de elasticidad.
- Trastornos en el transporte de oxígeno: trastornos vasculares periféricos, trastornos cardiopulmonares.
- Deficiencias nutricionales (por defecto o por exceso): delgadez, desnutrición, obesidad, hipoproteinemia, deshidratación.
- Trastornos inmunológicos: cáncer, infecciones.
- Alteración del estado de conciencia: estupor, confusión, coma.
- Deficiencias motoras: paresia, parálisis.
- Deficiencias sensoriales: pérdida de la sensación dolorosa.
- Alteración de la eliminación (urinaria/intestinal).
- Como consecuencia de determinadas terapias o procedimientos.
- Tratamientos o fármacos inmunosupresores.
- Presencia de sondas y/o drenajes.
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