domingo, 8 de diciembre de 2019

Prevención úlceras por presión grado I


Hay una serie de medidas que se deben de tener en cuenta para evitar que se formen las úlceras por presión. Por lo general, llevar a cabo estas recomendaciones es una manera efectiva de evitarle daño al paciente en la piel y sobretodo el dolor que causan. Estas sugerencias son:
  • Realizar higiene diaria con agua y jabón neutro según procedimiento; así como baño local cuando: se observe un área corporal húmeda.
  • Al realizar la higiene: eliminar pomadas y polvos. 

Prevencion úlceras por presión grado II

Una medida de prevención importante es la relacionada con el exceso de Humedad:

Se basa en evitar signos de maceración o infección en la piel por el contacto de incontinencia fecal/urinaria, sudoración, drenajes y exudado de heridas.

Para ello, se llevaran a cabo diversos cuidados de enfermería:
  • Sondaje vesical si es necesario, colocar pañales absorbentes o colectores.

Prevención úlceras por presión grado III

La prevención en este tipo de heridas es común a todos sus grados: cuidados de la piel y manejo de la presión con movilizaciones (activa o pasiva), cambios posturales (cada dos o tres horas, incluso 4 si disponemos de superficies especiales del manejo de la presión (SEMP) y protección local ante la presión con almohadas y objetos alcohados. 

Los cuidados de la piel suponen aquellas indicaciones para mantenerla intacta y, entre ellas, podremos incluir el aseo general cada 24h y secado sin fricción, vigilancia de sudoración excesiva o exudados, no utilizar alcoholes pero sí muy recomendables los ácidos grasos hiperoxigenados (corptiol o mepentol). Con respecto a las superficies sobre las que se apoyará el paciente, hay que evitar siempre la formación de arrugas en las sábanas y proteger las prominencias óseas con espumas o almohadillados.

Prevención de las úlceras de cuarto grado

Las medidas de  prevención de las UPP, son aplicables a todos los grados. Podemos destacar acciones como:
  • En general se darán cambios posturales cada 2-3 horas (al menos dos por turno) a los pacientes encamados, siguiendo una rotación programada e individualizada que incluya siempre que se pueda el decúbito supino, la sedestación, el decúbito lateral izquierdo y el decúbito lateral derecho, y registrando la posición en la que se deja al paciente para dar continuidad a los cuidados (ver posiciones terapeuticas y colocación de almohadas).