La urticaria no se puede prevenir realmente. Sin embargo, si ya se han sufrido episodios anteriores y se conoce el factor desencadenante se puede evitar el contacto directo para evitar el estímulo y prevenir un brote. Este es el caso de urticarias relacionadas con el consumo de un determinado fármaco o un alimento. Los casos de urticaria en los que no se conoce el factor desencadenante son difícilmente prevenibles.
Algunos consejos para disminuir sus síntomas son: evitar las situaciones estresantes, evitar las prendas muy ajustadas o los baños muy calientes, refrescar las zonas afectadas e hidratar la piel y evitar el rascado de las lesiones (es mejor frotarlas, si se rascan pueden abrirse heridas y producirse infecciones en las mismas).
Con frecuencia el patrón de aparición de la urticaria proporciona pistas que apuntan a una alergia. Por ejemplo, ¿ocurre generalmente después de las comidas? ¿ocurre más durante ciertas épocas, o al viajar a lugares particulares? Si hay un patrón específico, hay que modificar la rutina y observar si hay mejoría. Algunas veces la urticaria ocurre al ingerir una porción grande de un alimento al que se es alérgico.
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