miércoles, 4 de diciembre de 2019

Cuidados de las quemaduras de cuarto grado

El cuidado de las quemaduras de cuarto grado se centrará principalmente en aliviar los signos de la necrosis para evitar que desemboque en una amputación. Cuando se trata de una quemadura de cuarto grado por congelación la piel, en un comienzo, tiene un aspecto pálido con un aumento del flujo sanguíneo. Si esa situación se alarga en el tiempo, pueden aparecer ampollas y desembocar en una necrosis.

Cuando hay una necrosis las células de la piel están muertas y esa zona no tiene sangre ni oxígeno. Para evitar que empeore, el médico puede prescribir la toma de antibióticos o cremas de uso local, que puede ser un tratamiento adecuado en el caso de que la necrosis acabe de aparecer en la piel. La zona afectada deberá estar en alto para mejorar la circulación de la sangre y que llegue hasta ahí si es posible, ya que esa área adolecerá en ese momento de flujo sanguíneo. La zona afectada no debe presionarse ya que causará más dolor y puede empeorar.



Cuando la quemadura supone un riesgo para la vida del paciente se deben llevar a cabo los siguientes pasos:

  • Posición de Fowler o semi-Fowler (si no hay contraindicación).
  • Oxigenoterapia del 40% al 100% (dependiendo de la saturación).
  • Colocación de la cánula de Guedel si procede.
  • Respiración monitorizada si cumple los criterios.
  • Monitorización de las constantes vitales.
  • Vías venosas:
    • Dos vías periféricas de grueso calibre en zonas no afectadas cuando SCQ<20% y no complicadas.
    • Vía venosa central si SCQ> 20% o <20% complicadas.
  • Fluiodoterapia.

En este tipo de quemaduras es de vital importancia los cuidados proporcionados en las primeras horas. Además es muy importante el cuidado desde que se produce la quemadura hasta que se trata en un hospital, pues cuánto más tiempo pase, más riesgo de necrosis y posibilidad de amputación existe.

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